martes, 15 de febrero de 2011

[lecturayformacion] Mempo- Carta abierta

 

CONTRATAPA › NUEVA CARTA ABIERTA A LA PRESIDENTA

Sobre mentiras y naturalezas

 Por Mempo Giardinelli

Señora Presidenta: Nuevamente, y con todo respeto, me permito reflexionar con usted, ahora acerca de un viaje por el interior profundo de los Estados Unidos, donde estoy circunstancialmente.

Para quien no lo sabe, West Virginia parece estar en muchos aspectos todavía en el siglo XIX. Como en viejas películas (por caso Deliverance, de John Boorman, 1972), los norteamericanos de este Estado bellísimo, de idílicos paisajes de montañas y lagos, y tan parecido a su Santa Cruz, son en su inmensa mayoría altos, rudos y toscos como buenos montañeses. Casi no se ven negros aquí, ni orientales ni hispanos. Es notable cómo a sólo seis horas en coche desde Washington, uno se encuentra con la imagen tradicional del estadounidense grandote y pelirrojo. Los llaman "red-necks": cuellos rojos.

Es un Estado de clara mayoría republicana, atestado de iglesias para todos los gustos y credos y con la bandera de barras y estrellas en casi todas las casas, en muchos casos junto a las fotos de hijos muertos como soldados en alguna guerra. La razón es que no hay muchos puestos de trabajo y las fuerzas armadas son aquí un empleo tentador, aunque con alto riesgo de morir joven.

Este domingo en la ciudad de Elkins, West Virginia, me despierta un largo artículo en el The New York Times sobre la inflación en la Argentina. Firmado por un tal Alexei Barrionuevo, ofrece la remanida idea de una Argentina caótica, con inflación disparada, consumo irresponsable y augurios tormentosos. Nada nuevo, me digo, sofocando el fastidio que produce la tendenciosidad de cierto periodismo internacional. No lo esperaba de NYT, Señora, pero es lo mismo que uno leería en El País, de Madrid.

Los informantes del articulista son cuatro economistas conocidos: Sergio Berenstein, de la consultora Poliarquía; Esteban Fernández Medrano, ex asesor del Estudio Miguel Angel Broda y ahora en la consultora Macrovisión, y los doctores Domingo Cavallo y Martín Redrado.

"Oh, my God", pienso, en inglés. Y siento tanta pena por la Argentina como por el periodismo objetivo, al que en este país se supone que rinden culto.

Después sigo viaje y me llaman la atención la naturaleza impoluta, el extremo cuidado de los bosques, la limpieza general y la admirable y respetada cartelería educativa. Es impactante: aquí hasta los aserraderos son limpios y ordenados, y están obligados a reforestar todo lo que cortan. Así, los pinos, maples y otras especies cuyos nombres ignoro están sanos, enhiestos, y eso a lo largo de decenas, centenares de kilómetros. Miles de hectáreas cubiertas de bosques nevados, ríos de aguas transparentes y todo limpio, sano, a salvo de depredaciones. Y nuevamente me duele mi país, tan devastado.

Pienso en mi Chaco arrasado por décadas, en el ex Impenetrable, y ahora en los asesinatos de La Fidelidad, que serán un negocio y no, como debería ser y con urgencia, un nuevo y enorme Parque Nacional. No te hagas ilusiones, me digo, y pienso en los que quieren hacer del Iberá un arrozal; en los que están cerrando ahora mismo el Ayuí con la venia del gobierno correntino. Y evoco recientes visitas a los Parques Nacionales Iguazú, Calilegua en Salta y Baritú en Jujuy, que dan pena con su pobre infraestructura, bajos presupuestos y heroicos guardaparques colmados de limitaciones y bajísimos salarios. Y quién sabe si no fueron ya invadidos por usurpadores.

Pienso también que el próximo vicepresidente de la Nación podría ser el Señor Gioja, tan amigo y favorecedor de las multinacionales mineras. Esas mismas que cuidan estos parques de West Virginia y los centenares de parques de los Estados Unidos, donde la naturaleza no se toca y no se atreverían a cortar ni un tronco viejo.

Pero nosotros sí los dejamos. Mejor dicho, nuestros gobernantes desde hace décadas, desde los milicos y antes de los milicos y después de los milicos, que es lo grave. Incluso su gobierno, Señora, y se lo digo con la modesta autoridad de quien tantas veces lo defiende, aunque no en este punto. Porque el Señor Gioja es ambientalmente temible, como lo es el Señor Mussi en la Secretaría de Medio Ambiente. Cuando de hecho se congela nuevamente la Ley de Glaciares, para muchos de nosotros es inexplicable ese entusiasmo por la minería a cielo abierto, que es la próxima catástrofe de la Argentina.

Y es claro que la oposición no es esperanzadora a este respecto. Sería peor si gobernaran los que ya fueron gobierno: radicales y peronistas, liberales y conservadores, de Alfonsín a Duhalde y pasando por Menem y De la Rúa, cada gobierno fue ambientalmente igual o peor. Y si llegara a la presidencia el Señor Macri, que Dios nos guarde, porque ya ha mostrado tener tanta sensibilidad ambiental como una Caterpillar de las grandes.

Por eso no dicen nada. Esa es la perversa razón por la cual la oposición, los grandes medios y los periodistas de la tele no dicen ni una palabra de esto. Podrían hacerse un festín criticándola a usted y a su gobierno en materia ambiental. Pero no dicen nada porque todos fueron favorecedores de lo mismo, y sin dudas lo serían de alcanzar el gobierno.

Lo penoso –y paradójico– es que sea su gestión, Señora, la que hace el trabajo sucio. Cuesta entender que el mismo gobierno que sancionó la Ley de Medios y puso en marcha la Asignación Universal por Hijo –y que lleva a cabo políticas acertadas en Derechos Humanos, Defensa, Relaciones Exteriores, Seguridad e incluso en el rumbo económico general– sea el que favorece y ampara la minería a cielo abierto en Catamarca, San Juan, Salta, Jujuy y dentro de poco en toda la cordillera.

El territorio argentino está siendo arrasado, Señora. Lo recorro año a año; veo el deterioro. Cambia nuestra geografía, peligran las aguas, los bosques, ahora las montañas. La minería a cielo abierto es un crimen y en muchos países está prohibida. Igual que la soja transgénica. Por eso me siento en el deber de decir esto cuando veo cómo en este país –que tantos argentinos critican sin conocer– la naturaleza es cuidada como lo que es: una madre. Lo cual no quita que la mayoría de sus empresas cuando salen al mundo depredan a lo bestia. Con acuerdo local, tantas veces.

No soy fundamentalista ni dogmático de nada. Y además voy a votarla si usted se presenta, como espero, a la reelección. Quiero que siga gobernando porque comparto el rumbo de su gestión en muchísimos aspectos y políticas sociales. Pero no quisiera votarla bajo protesta ambiental. Por eso esta carta.

Con mis respetos.


 

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domingo, 13 de febrero de 2011

[lecturayformacion] [Pagina12WEB] Noticia enviada por poli H

 

Sociedad  |  Domingo, 13 de febrero de 2011
LA POLICIA MATO POR LA ESPALDA A UN CHICO DE 19 AÑOS SOBRE SU CICLOMOTOR

Otro caso de gatillo fácil en Baradero

A un año del asesinato de una pareja, un policía mató de un escopetazo a un chico que se alejaba después de mostrar sus documentos. El agente está preso y hay movilizaciones en la ciudad contra la impunidad.

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Lucas Rotela, peón de albañil de 19 años, muerto por la espalda en la madrugada del sábado.
Por Karina Micheletto

Desde Baradero

El asesinato de un joven de 19 años por un agente de la Bonaerense, según la reconstrucción de los hechos de un balazo por la espalda, sacude a la ciudad de Baradero. El caso volvió a poner en tela de juicio la actuación de una fuerza cuyo jefe máximo, Juan Carlos Paggi, se hizo presente ayer para prometer investigaciones del caso. Los baraderenses se dividen entre la indiferencia de algunos, las justificaciones veladas con argumentos difusos sobre la inseguridad de otros, y la impotencia y la bronca de muchos que denuncian ésta como "una muerte anunciada". Los familiares y amigos de Lucas Rotela, el joven asesinado, organizaron ayer diversas marchas frente a la municipalidad, el hospital donde fue atendido el chico y la comisaría, donde se registraron algunos incidentes.

Lucas había cumplido el jueves 19 años, trabajaba como peón de albañil y vivía en el barrio Bernabé de San Martín. Ayer a las 4.30 de la mañana se encontraba con dos amigos en la Plaza Colón, cuando un móvil de la policía se acercó y les pidió la documentación de sus motos de pequeña cilindrada. Según los amigos de Lucas, los jóvenes ofrecieron la documentación. El error de Lucas fue subirse inmediatamente a su moto y acelerar. Uno de los agentes, el detenido Gonzalo Kapp, le disparó con una Itaka primero dos balas de goma, luego una de plomo cuyos perdigones dieron en la espalda del chico, a una distancia que según testigos y primeros peritajes no supera los 50 metros. Américo Marzoa, uno de los chicos que estaban en la plaza con Lucas, fue apuntado por otro agente en la cabeza y detenido.

El intendente Aldo Carossi admitió ayer en la conferencia de prensa que dio junto al jefe policial Paggi que no hay explicación posible para "este homicidio increíble", según lo definió. La causa abierta fue caratulada como homicidio calificado.

Las escenas que se viven por estas horas en esta ciudad en el kilómetro 142 de la Ruta Nacional 9 pueden sintetizar una agenda trágica. Las primeras reacciones registradas por Página/12 ayer por la mañana apuntaban a "la inseguridad" como culpable principal del hecho. "Hay que vivir acá para opinar", "Estamos hartos de que nos roben", se escuchó. Resultó que el chico estaba desarmado y no tenía antecedentes policiales. Las marchas de amigos y familiares de Lucas Ro-

tela frente a la plaza central enfrentaron a algunos feriantes, que llegaron para exponer lo suyo en el marco del Festival de Música Popular, que comenzó en esta ciudad el jueves pasado y cuyas jornadas de ayer y de hoy se reprogramaron para el 25 y 26.

Algunos cerraron sus puestos en señal de luto, otros colgaron las fotocopias apuradas de "Justicia por Lucas" que hicieron los amigos del joven asesinado, otros les hicieron saber a los manifestantes que habían pagado por sus puestos y no pensaban cerrarlos. El hecho hace revivir otras dos muertes de jóvenes en moto en esta ciudad, la pareja que el 21 de marzo fue muerta cuando era perseguida por un móvil de la Policía de Tránsito, con el posterior intento de encubrimiento y la represión a quienes se movilizaron exigiendo justicia. El jefe de la policía local, Raúl Franzoia, hacia quien apuntaron todos desde entonces, continúa en su puesto.

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miércoles, 2 de febrero de 2011

[lecturayformacion] "Así comenzó la primavera egipcia. Mañana veremos una auténtica batalla".

 

lindas palabras!

TRIBUNA: ALAA AL ASWANY

La batalla de Egipto continúa

30-01-2011

Qué admirables me parecen los jóvenes manifestantes ante los que hablé el otro día, esos egipcios unidos contra las injusticias y que comparten una ira que nadie va a poder dominar. El martes fue para mí un día inolvidable. Me uní a los manifestantes en El Cairo, junto con los cientos de miles de personas que, en todo Egipto, salieron a la calle para exigir libertades y enfrentarse a la terrible violencia policial. El régimen posee un aparato de seguridad con 1.500.000 de soldados e invierte millones en entrenarlos para una tarea: reprimir al pueblo egipcio.

Me encontré en medio de miles de jóvenes que solo tenían en común su valor increíble y su determinación de hacer una cosa: cambiar el régimen. Unos jóvenes que son, en su mayoría, estudiantes universitarios sin ninguna esperanza sobre su futuro. Que no encuentran trabajo y, por tanto, no pueden casarse. Y que actúan movidos por una ira indomable y un profundo sentido de las injusticias existentes.

Siempre admiraré a estos revolucionarios. Todo lo que dicen demuestra una aguda conciencia política y un deseo de libertad que desafía a la muerte. Me pidieron que pronunciara unas palabras. Aunque he hablado cientos de veces en público, en esta ocasión era diferente: me encontraba ante 30.000 manifestantes que no estaban de humor para oír hablar de concesiones y que no dejaban de interrumpir con gritos de "¡Abajo Hosni Mubarak!" y "El pueblo dice: ¡Fuera el régimen!".

Dije que estaba orgulloso de lo que habían conseguido, que habían logrado poner fin al periodo de represión, y añadí que, aunque nos golpearan o nos detuvieran, habíamos demostrado ya que no teníamos miedo y que éramos más fuertes que ellos. El Gobierno egipcio tiene a su disposición los instrumentos represivos más temibles del mundo, pero nosotros tenemos algo más fuerte: nuestro valor y nuestra fe en la libertad. La muchedumbre respondió con un grito unánime: "¡Acabaremos lo que hemos empezado!". Yo estaba en compañía de un amigo, un periodista español que pasó muchos años en Europa del Este y vivió allí los movimientos de liberación. Dijo: "Mi experiencia es que, cuando sale tanta gente a la calle, y con tanto empeño, el cambio de régimen es solo cuestión de tiempo".

¿Por qué se han rebelado los egipcios? La respuesta está en la naturaleza del régimen. Un régimen tiránico puede privar al pueblo de libertad pero, a cambio, le ofrece una vida fácil. Un régimen democrático puede no ser capaz de acabar con la pobreza, pero la gente tiene libertad y dignidad. El régimen egipcio ha quitado a sus ciudadanos todo, incluidas la libertad y la dignidad, y no ha cubierto sus necesidades diarias. Los cientos de miles de manifestantes de El Cairo no son más que una representación de los millones de egipcios que han vivido con sus derechos suprimidos.

Si bien en Egipto ya había llamamientos públicos pidiendo reformas mucho antes de los disturbios de Túnez, es evidente que los acontecimientos en dicho país sirvieron de inspiración. La gente empezó a ver con claridad que el aparato de seguridad no podía proteger a un dictador eternamente. Y teníamos más motivos que nuestros homólogos tunecinos para protestar, puesto que en Egipto hay más gente que vive en la pobreza y estamos sujetos a un gobernante que lleva más tiempo sujetando las riendas del poder. En un momento dado, el miedo empujó a Ben Ali a huir de Túnez. Es posible que nosotros obtengamos un éxito similar; algunos manifestantes de El Cairo copiaron el lema en francés que se había oído en Túnez, "Dégage, Mubarak". Por otra parte, las revueltas han llegado ya a otros Estados árabes como Yemen. Las autoridades están descubriendo que sus tácticas no pueden detener las protestas. Las manifestaciones se han organizado a través de Facebook, que ha demostrado ser una fuente de información fiable e independiente; cuando el Estado intentó bloquearla, la gente fue más astuta y los blogueros explicaron las formas de saltarse los controles. Y la violencia de los servicios de seguridad es un peligro para las dos partes: en Suez, la gente se alzó contra la policía por haber disparado a los manifestantes. La historia enseña que llega un instante en el que los agentes de a pie se niegan a obedecer las órdenes de matar a sus conciudadanos.

Cada vez son más los ciudadanos que desafían a las fuerzas del orden. Un joven manifestante me contó que, cuando corría para huir de la policía el martes, entró en un edificio y llamó a un piso cualquiera. Eran las cuatro de la mañana. Le abrió la puerta un hombre de 60 años, con el miedo visible en el rostro. El manifestante pidió al hombre que le escondiera de la policía. El hombre le pidió que le enseñara su documento de identidad y le invitó a entrar, e incluso despertó a una de sus tres hijas para que le preparase algo de comer. Se sentaron a comer y beber té y acabaron charlando como viejos amigos. Por la mañana, cuando se había alejado el peligro de que detuvieran al joven manifestante, el hombre le acompañó a la calle, le buscó un taxi y le ofreció un poco de dinero. El joven se negó y le dio las gracias. Mientras se daban un abrazo, el hombre le dijo: "Soy yo quien debería darte a ti las gracias por defendernos a mí, a mis hijas y a todos los egipcios".

Así comenzó la primavera egipcia. Mañana veremos una auténtica batalla.

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